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miércoles, 4 de julio de 2012

El gato filósofo (nanorrelatos)

A todos os habrá ocurrido, como a mí en alguna ocasión, que tenéis un buen día y aparece alguien que se empeña en estropeároslo, insistentemente, hasta que lo consigue.

Mi viejo diario, aunque se trata de una cuestión filosófica, la respuesta para combatir esta situación la podemos encontrar en el reino animal.

Una mañana iba con mi bici por la zona del arroyo Pedroches. Corría el mes de julio y a la hora del suceso ya hacía bastante calor. Cerca del Puente de Hierro, en la huerta de don Marcos, un gatito se encontraba echado a la sombra, a un metro escaso del sendero por el que yo iba. Al verlo, aún a cierta distancia, pensé que al pasar a su lado se asustaría y se vería obligado a levantarse para evitar la amenaza que él podría encontrar en mi paso por su lado. Pero el gato ni se inmutó. Sin cambiar de postura y sin que nada en él delatase el menor atisbo de alarma, se limitó a seguirme plácidamente con la mirada, sin salir de su ensueño.

Cuando pasé por su lado, el gato me habló en ese lenguaje de fábula que permite que todos los animales nos entendamos entre sí, y, sencillamente, me dijo:

"Estoy tan a gusto que no podrás ser nunca una molestia para mí".

Luego, recapacitando, lamenté no haberme parado a hacerle una foto a este gato filósofo y conchudo, que con su comportamiento me había regalado tan sabia enseñanza.

Ya te contaré otra vez...




2 comentarios:

  1. Estas seguro de que no estaba drogado no? Lo mismo estaba de after el gato marchoso jajajaja. Si es que nos arriesgamos demasiado a prejuzgar o a creer que las cosas solo son como las pensamos. Las primeras impresiones son unas facilonas de mucho.cuidado... Besos!

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    Respuestas
    1. Me alegra encontrarte de buen humor, hija. La relatividad de las cosas, que es la línea argumental de este blog, y la subjetividad, como formas de percepción de la realidad son primos hermanos. Aunque se me hubiese escapado algo del estado del gato, creo que no afectaría para nada a la moraleja.

      Y, además, él me dijo lo que me dijo; y en lo que me dijo está la enseñanza del nanorrelato.

      De todas maneras, las modificaciones que sugieres en tu comentario no dejan de ser simpáticas. Se podría corregir la historieta añadiendo a las cualidades que tenía el gato, de filósofo y conchudo, la de vacilón.

      Está bien. Gracias.

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