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martes, 17 de abril de 2012

De la aniquilación del elefante blanco a la matanza del elefante africano: síntesis de un rey paquidermicida

Mi viejo diario, si hay algo que tengan en común estas dos matanzas de elefantes protagonizada por el rey de España no es otra que la de que a los españoles se nos ha querido ocultar la verdad de cómo fueron realmente las cosas en ambos casos.

En el pasado concurso de agrupaciones del Carnaval de Cádiz la comparsa de Tino Tovar, “Ciudadano Zero”, dedicó un pasodoble al rey Juan Carlos que me dejó impresionado. Cuando lo escuché por primera vez, escribí: “todos los años uno siempre encuentra algo que quisiera liberar de cliché carnavalesco para darle un uso social más amplio, de máxima amplitud.” Y también expresaba mi pesar: “Qué pena que no sean más que palabras que se han de llevar el viento.”

Con la idea de descontextualizarlo, es decir, de liberarlo del cliché carnavalesco y de impedir que su mensaje se diluyese en la profusión de letrillas que de manera trepidante se suceden durante las diferentes fases del concurso gaditano, me descargué el vídeo y lo guardé con la intención de darlo a conocer a mis familiares y conocidos tiempo después, cuando sonase menos a Carnaval y uno se pudiese fijar más en el contenido de aquel pasodoble.

No podía imaginar que la actualidad nacional, desgraciadamente, me iba a indicar el momento adecuado para hacerlo. Y que iba a  ser mucho antes de lo que yo tenía pensado.

Si, como dicen, la popularidad de la monarquía española atraviesa sus momentos más bajos, a nadie escapa que es por “méritos” propios. Si eran pocos los escándalos que ya venían sacudiendo a diferentes miembros de la familia real, ahora es el mismísimo rey el que protagoniza una situación que deja de manifiesto que él es el primero que vive de espaldas a la situación actual de los españoles. Que con la que está cayendo se haya ido furtivamente a cazar elefantes a Africa es una ofensa en toda regla a “sus súbditos”.

Además de exigirnos a los españoles que nos apretemos el cinturón, el rey dijo en su discurso de la pasada Navidad: “Junto a la crisis económica, me preocupa también enormemente la desconfianza que parece estar extendiéndose en algunos sectores de la opinión pública respecto a la credibilidad y prestigio de algunas de nuestras instituciones. Necesitamos rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos. Todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar.”

Vaya un curioso sentido de la ejemplaridad que tiene nuestro rey. Quizás las pronunciase en la confianza de que las suyas también serían solamente palabras que se llevaría el viento.

Este es el vídeo, no tiene desperdicio:





Escribí a Tino Tovar para felicitarle por esta canción y por la de la presentación de la comparsa, de la que pongo el enlace al vídeo al final del artículo. Entre otras cosas, le decía:

Se le revuelven a uno las tripas y le entran ganas de liarse a gañafadas contra todo lo que se menea para descargar la ira que todo esto le provoca.


Si la presentación nos toca directamente en nuestra dignidad, el pasodoble es palabra pura y dura, hiriente, verdad verdadera. Cuando los diputados, en pie, recibieron al Rey con una larguísima ovación, tan cacareada por los medios de comunicación, no estaban representando al pueblo que los eligió, sino, al contrario, traicionándolo.


Ya no tengo ninguna duda de que siendo todos de la misma catadura y moviéndolos a actuar una misma ambición, la cuestión no es a quién elegir para que te gobierne, sino en si elegir a alguien o no elegir a nadie. Es la única oportunidad que tenemos en nuestras manos para que las cosas cambien, para decirles a esos adalides de la democracia que se dejen de monsergas y que empiecen por democratizarse ellos mismos y sus "aparatos políticos" (vaya mierda de palabreja).


Sí, quizás la abstención sea el único recurso pacífico que nos quede para decirles que a los del patio de butacas se nos están abriendo los ojos y no estamos dispuestos a convertirnos también en ciudadanos zero.

Qué más decir, que sólo nos queda esperar que la próxima vez que el rey acuda a las Cortes, los periodistas, otros que han vendido su dignidad para que también los dejen comer de la misma olla, se limitarán a poner en marcha el plausómetro, para hacer del hiriente aplauso que nuestros "representantes" brinden al rey vividor la gran noticia de portada de todos los medios nacionales de comunicación.

Este es el vídeo de la presentación, también os gustará:




Ya te contaré otra vez...



5 comentarios:

  1. Hola.
    No sé si bonito es el adjetivo adecuado para tu nuevo blog, pero es que... es bonito por su cordobés diseño, aunque para mi gusto lo encuentro algo oscurito.
    Pero vamos con el rey, así, con minúscula. Razón tienes cuando dices que ha hecho "méritos" para estar fatal de popularidad, pero hoy me he quedado de piedra al oirlo pedir perdón si bien no le creo cuando dice que no se volverá a repetir; bueno, tal vez se refería a que en adelante no serán elefantes, o no será en Africa. Sí, de piedra, ¡un rey pidiendo perdón! ¿Será sincero?
    No quiero sumarme a la última moda del pim, pam, pum real que hace aparecer republicanos de toda la vida ¿por qué se ataca sólo cuando el rival está débil? ¿Por miedo a que la primera perdiz en levantar el vuelo es la que se lleva el disparo?; no, me niego a sumarme a los lanzadores de piedras con ánimo oportunista.
    Dicho esto, lo que me preocupa es que la petición de disculpa sea sincera; lo sabré si en un espacio de tiempo razonable se establecen mecanismos reales (de verdad) de control del Parlamento, así, con mayúscula, sobre la casa real. Si el monarca "lo permite", ¿debería decir lo acepta?, sabré que ha sido sincero.
    Larga vida... al Blog, con mayúsucula.

    Por Gondomar

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    1. Gracias mayúsculas por tu comentario y bienvenido a Nanonimiedades.

      Yo no soy republicano ni dejo de serlo, salvo que eso implique que los que nos gobiernan estén sujetos a las mismas leyes laborales y el mismo régimen de Seguridad Social que el resto de los ciudadanos de esa república. Y a algunas cosas más, como la limitación para tener más de una fuente de ingresos del Estado, por ejemplo.

      El rey ha pedido perdón, pero de una cultura residual que a un buen compañero llevó a ponerme el apodo de "padre Jesús", preguntaría: ¿pero estará arrepentido realmente?. Es absolutamente legítimo, y merece toda nuestra compresión, pedir perdón un error cometido a la hora de tomar una decisión, cuando hemos actuado de manera responsable; ahora bien, cometer un delito a sabiendas de que lo estás cometiendo y, si te pillan, pedir perdón...

      Yo también tengo mi teoría sobre lo que ha dicho de que no se volverá a repetir: creo entender que decía que tomará todas las medidas para que no nos enteremos la próxima vez que ocurra algo similar. En cuanto a lo del control de la institución por parte de otra institución... ya he dicho que ahí todos comen de la misma olla.

      Entiendo que la ocasión sea propicia para los oportunistas, pero ya he dicho que el pasodoble lo pensaba sacar cuando los ecos del Carnaval se hubiesen extinguido por completo, tuviese un accidente o no el elefante de la foto.

      Gracias por tu comentario y tus deseos para Nanonimiedades.

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  2. No sé si estaré en lo cierto o no, pero al leer el artículo sobre el rey me dieron ganas de escribir lo que pienso.
    Creo que el rey ha metido la pata y bien metida por varias cosas. Una porque no puede ser presidente o socio honorífico o no sé que cosa de asociaciones para la defensa de los animales, no debería ser ni un socio cualquiera; pero menos, siendo quien es, hacer esto.
    Otra cosa: nos pidió en su mensaje navideño austeridad, pues claro, ¿no vamos a ser austeros los ciudadanos normales si nos bajan el sueldo, nos suben la hipoteca, nos quitan las becas y nos suben las tasas de los estudiantes, nos suben la luz, el pan, todos los impuestos posibles? Claro que le vamos a hacer caso y vamos a ser austeros, pero ¡hombre ponga usted un poquito de su parte!
    Yo, que no es que fuera monárquica pero sí juancarlista porque pensaba que si no este, sería otro el que reprensentara a España, y este no lo hacía mal, y ¡de buena nos libró el 23F!
    No sé si visteis el programa de Canal Sur de Manu; le dedicó el monólogo y puso las imágenes del rey pidiendo perdón. Comentario de Manu: "Pidió perdón porque es de sabios rectificar, pero eso será de los sabios que se equivocan, porque los que no se equivocan no tienen que pedir perdón y además el rey está hecho de otra pasta, concretamente de la pasta de todos los españoles."
    Ahora digo yo, el rey no debería permitirse esa equivocación`, primero porque es el rey de España y está hecho de esa pasta, y segundo porque de esa misma pasta están hechos tanta y tanta gente que trabaja para él, los "miembros de su casa" cuyo trabajo es pensar y asesorarle cada día sobre lo que debe y no debe hacer.
    Y por cierto, ya que nos van a cobrar por las recetas, que nos van a dar facturas cada vez que hagamos uso de algo público (médicos, hospitales, etc) ¿qué tal si le diéramos al rey facturas de sus gastos desde que se levanta y le sirven absolutamente todo lo que va necesitando? El que abre la puerta para que pase, los que le ponen y quitan la mesa, y la cantidad de gente, coches, ropa, etc.. que lleva con él. Quizás esto sirviera para que vieran lo poquito que gastamos los ciudadanos normales.

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    1. Muy bueno Toñitina,tienes toda la razón ,más obligación y menos devoción.

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    2. Gracias por tu comentario, Toñi, que me da para ahondar en lo que le decía a mi amigo "Gondomar": Aunque no soy experto en leyes a tu lado tienes a uno que sí lo es y te podrá decir si estoy en lo cierto. Creo que la premeditación y la alevosía no se pueden obviar con una simple petición de disculpas. Si fuese tan fácil, ningún criminal pagaría por sus delitos. Una cosa es equivocarse y otra obrar mal. Y el rey era consciente de que estaba obrando mal. No se equivocó, hizo lo que quería hacer.

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