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lunes, 7 de mayo de 2012

El pajarito vuela solo (nanorrelatos)


Mi viejo diario, paseando una mañana de la semana pasada por Córdoba, al pasar junto a la puerta de la iglesia de Los Dolores, en la plaza de los Capuchinos, cayó a mi lado esto que se ve en la imagen: la mitad de un diminuto cascarón de huevo. Arriba, junto a las tejas del templo, un pajarillo comenzaba a piar, comenzaba a vivir. La primavera, qué bien, me dije.
Ese texto y la foto de al lado los colgué en mi Facebook, y de los comentarios que produjeron me salió lo que sigue:
<<“El pajarito ya vuela solo”, se dijo aquel gurriato que, revoloteando de mala manera, había logrado descender sin lastimarse  los escasos seis metros que separaban su nido del suelo. “El pajarito ya vuela solo”, se repitió cuando se sintió observado por el resto de crías de gorrión que aún esperaban en sus nidos el momento de lanzarse a su primer vuelo. Pero, ay, cuando apareció el gato... Sólo tuvo tiempo de descubrir que para volar se necesitaba algo más que las cuatro plumillas que habían empezado a garabatear su esquelético cuerpecillo. Esto fue lo último que pensó aquel volantón precoz antes de que el minino se zampase de un bocado toda su valentía y osadía.>>
Esta fábula me inspiraron los comentarios del Facebook, pero que cada uno le ponga la moraleja que quiera, que a mí, con la pena de haberme cargado de esta manera al primer gorrión que he creado en mi vida, no me sale nada.
Ya te contaré otra vez…, que hoy me voy volando bajito.




2 comentarios:

  1. Mis 4 plumas de momento me estan salvando de los gatos (cabrones)... Y si un dia me faltan plumas, se que sois capacesde inventaras. Te rectifico y me adjudico ser el primer pajarillo que creaste. Y este de momento, vuela.

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    1. Y solo, ¡vaya que si vuela solo! Tan cierto como lo que dices de que tus cuatro plumas te han permitido escapar de los cabrones de los gatos. Pero de eso ya hace tánto que... bueno no voy a decir que ni me acuerdo, pero que hace mucho; que hoy cubre, protege y embellece tu cuerpo un plumaje que ya lo quisiera el águila real para sí.
      Cuando decía que el gurriato del relatillo era el primer gorrión que había creado, me refería al primero de ficción, no en sentido metafórico; aunque en ti, por importancia y longura, no eres una metáfora en mi vida sino toda una alegoría.
      Mi pena sobre el final del gorrión intrépido del nanorrelato es porque llevo más de una década con la idea de escribir una historia sobre un gorrión sin que me salga la vena creativa para concretarlo en una historia; pero, y es lo triste del caso, a ese gorrión le ocurriría lo contrario, que tendría miedo a las alturas y a volar, sintiendo envidia de los patos que nadaban plácidamente en el estanque del parque donde vivía o de las gallinas de corral, de las que ya había oído hablar en más de una ocasión.
      Y fíjate tú, que contrariedad y qué rato más malo tuve que pasar ayer.

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