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miércoles, 14 de noviembre de 2012

La huelga y lo que huelga

No creo que alguna vez llegue a secundar una huelga que convoquen el Tocho y el Cándido, no al menos mientras en sus reivindicaciones no se encuentre la de que sus organizaciones empiecen a sostenerse únicamente con las cuotas de sus afiliados, no al menos mientras no sean ellos mismos los que promuevan una iniciativa encaminada a liberarnos de la obligación de que, por el mero hecho de ser españoles, deban salir de nuestros bolsillos, del tuyo y del mío, las retribuciones que perciben por dirigir sus organizaciones; retirbuciones superdisparatadas, que nada tienen que ver con las de aquellos sobre los que se han arrogado el derecho de ser sus representantes. No al menos mientras coman de la misma olla que los políticos contra los que dicen actuar.

Así que teniendo en Córdoba una mañana tan soleada y agradable como la que hemos tenido hoy, y no teniendo yo nada más importante que hacer, he preferido salir y aprovechar que la práctica totalidad de los comercios de la ciudad estaban abiertos para hacer unas comprillas que me apetecían.



8 comentarios:

  1. Pos yo, no tengo más que aplaudirte. Ole tus güevos!!!!

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  2. Una vez más me aflijo cuando oigo o leo comentarios como este.
    Me entristezco porque los sentimientos que despiertan hoy UGT y CC.OO. entre una gran parte de los ciudadanos, no se corresponden con lo que han supuesto históricamente para la consecución de los beneficios sociales que tenemos, o que, si seguimos en esta tesitura, nos van quedando. Y esta herencia se la debemos a quienes han dirigido los sindicatos en los últimos tiempos.
    No sé si es una heroicidad, la tita Sape dixit, comprar cosillas en un día de huelga general y, como dicen los catalanes, a mès a mès, fotografiarse con el artículo y colgar la foto en un blog. Quizás se trate de una forma de protesta ante la forma de hacer sindicalismo en la actualidad; yo prefiero quedarme en casa esos días y actuar los demás aplicando el dicho ecologista: Piensa globalmente, actual localmente.

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  3. Ay, tito y padrino, que te voy a tener que contestar.
    Más allá de lo que dices de los sindicalistas, con los que también tengo mis diferencias, pero no las que tu dices (entiendo y comparto que el estado aporte para el sosteniemiento de los sindicatos, ya que juegan un papel fundamental en el mismo estado, ya sabes, la consecución de la jornada de 8 horas y tonterías de esas de las que todos nos beneficiamos) creo que es un error no secundar una Huelga en un momento como este, con más de 5 millones de parados, deshaucios permanentes todos los días, rescates a la banca que pagamos entre todos... vamos, todo lo que ya sabes. ¿qué no te gustan los sindicatos? verás como los echas de menos cuando la negociación colectiva sea eliminada (que ya está en puertas de aplicación), cuando el trabajador en solitario tenga que negociar con la empresa sus condiciones laborales... ¿Qué no te gusta el sindicato? pues milita y cámbialo, ¿qué no quieres militar en CC.OO. ni UGT? Pues a otro. Y si ninguno te convence, monta uno. ¿qué no a todo? pues después no protestemos cuando nos sintamos estafados.
    Esta noche pasada he estado con los piquetes con los compañeros de ccoo, de ugt, de cgt, del pce, de iu... y las siglas no importaban. Nos ha pegado la policía, a una amiga le han partido el brazo, hemos terminado agotados, con agujetas, deshidratados... pero todo lo repetiría gustoso desde el momento en que he visto la manifestación más grande que he vivido en Málaga y he sentido que estaba peleando por algo más grande que unas subvenciones, que por otro lado son una minucia comparado con lo que se lleva la CEOE (y creo que a ellos les hace menos falta y tienen menos afiliados, no?)

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  4. Que te cuento..., ni llevas razòn, ni estas exenta de ella. Es un vivo sin vivir en mi, un no puedo vivir con ellos pero tampoco sin ellos. Cursos que no se hacen subenciones millonarias para callar o apaciguar animos. Pero todos sabemos que ni son todos los que estan, ni estan todos los que son. No podemos meter a todos en el mismo saco. Hay gente con rolex de sobra y otros implicados hasta la medula. Bueno reconozcamos que sin la lucha de los comites de empresa no tendriamos ni la mitad de los derchos que estamos perdiendo ultimamente. Pero chache ha sido una groseria (lo digo desde el cariño) la foto y el día de compras. Chache hasta los mejores tienen un mal dia.
    Siento la critica, pero es la pimienta de la vida, que seria esto sin una buena discusiòn

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  5. Aunque el motivo de mi retraso en contestaros se deba principalmente a que ayer pasamos el día entretenidos en casa con la activación de una portabilidad del ADSL, he de reconocer que no me resulta fácil contestar a vuestros comentarios, porque no quisiera dar lugar a un debate para el que quizás este espacio internáutico resulte excesivamente limitado, estrecho, encorsetado. Además, dado que la relación que mantengo con los que habéis escrito es realmente afectiva, casi prefería admitir vuestras críticas, librarme de replicar a vuestros comentarios y dar, por mi parte, zanjado el asunto. Pero el deseo principal de Nanonimiedades es que sus artículos sean leídos y animen a los lectores a participar y enriquecerlo con sus comentarios; en este sentido, los comentarios son el valor más preciado del blog y sería una descortesía por mi parte guardar silencio y no daros las gracias por los vuestros contestándolos.

    ¡Ya quisiera yo tener los arrestos y la capacidad de liderazgo necesarios para intentar cambiar las cosas! Pero no es así, en mi vida he tenido ocasión de demostrarme a mí mismo que me falta lo que hay que tener para ello. Pero, que yo no me vea capaz de luchar contra esa realidad, no quiere decir que los ciudadanos, aquellos que se supone que son los receptores de los beneficios del sistema democrático, se han convertido en seres indefensos que no tienen otra que resignarse a sufrir las consecuencias de un sistema de estado en el que todos los poderes políticos y fácticos comen del mismo plato.

    Respecto a mi artículo, sólo os diré que comprendo vuestros argumentos, pero de lo que hice ni me arrepiento ni lo contrario, ni me hace sentirme un héroe como tampoco puedo asumirlo como un error, como la consecuencia de tener un mal día. Sólo quiero decir que la realidad del 14 de noviembre, la que yo pude percibir, no fue, ni mucho menos, la que nos transmitieron los medios de comunicación, otros que tal bailan. En la calle hubo mucho más normalidad de la que reflejaron los periódicos y las televisiones. Simplemente, la gente en general vivió el día 14 como uno más. Y mi foto no pretendió ser más que un canto a esa normalidad. Pero la normalidad no es noticia, no vende, había que buscar el circo, el espectáculo; la gente normal, que hizo su vida normal no interesaba; hasta que por la tarde acudió de manera masiva, eso sí, a las manifestaciones que se desarrollaron en las principales ciudades del país. Aunque, tal como está montado el sistema, en su protesta tuviesen que caminar detrás de unos líderes y unas siglas por los que mayoritariamente no se sienten debidamente representados.

    Entiendo que el pasado 14 de noviembre la mayoría de los ciudadanos, y así lo percibí, llevaron a cabo dos protestas: una durante el día, realizando su vida normalmente, dirigida contra quienes se han arrogado su representatividad de una manera más legal que legítima; y otra por la tarde, contra un gobierno que, lejos de aplicar los recortes necesarios donde de verdad serían efectivos, empezando por las propias instituciones (costosísimas para el ciudadano y absolutamente sobredimensionadas siempre y prescindibles en muchos casos), sólo demuestra tener firmeza para actuar contra nosotros, los de a pie.

    No es nada fácil para mi conciencia vivir en la constante contradicción que me producen estas cosas, pero entendiendo que el día 14 de noviembre se movió en toda esta dualidad, no veo menos legítimo publicar mi foto comprándome una funda para mi móvil que publicar en el Facebook fotos de piquetes de huelga obligando a echar la persiana de un negocio a alguien que no quiso secundar la huelga.

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  6. Totalmente de acuerdo contigo. De hecho, el día de la huelga comenté lo mismo en casa. De hecho, yo ese día fui por la mañana a trabajar con total normalidad, y aunque no tuve la misma afluencia de pacientes que un día normal(algunos por solidarizarse, pero no pocos por creer que ese día "no había médico", y otros bastantes porque en un pueblecito pequeñito es mejor "no señalarse"), sí tuve más personal comparándolo con otros días de otras huelgas generales.
    Mis motivos para no hacer huelga??? Pues bien simples que son: no son precisamente porque esté de acuerdo con las medidas del gobierno, sino que son 1º) porque estoy convencida de que no va a servir absolutamente para nada, 2º) porque bastante castigados estamos ya los funcionarios en cuanto a recortes se refiere, como para permitirme un extra más de recorte del sueldo este mes y 3º) porque no me ha dado la gana.
    Tengo que decir que cuando volví del trabajo, a eso de las 16,30 h., el vial norte estaba repleto de bares con sus terracitas llenas de gente sentada, ya que además el día invitaba a ello. Pero es que después salí por la tarde de compras (y he de decir que no eran artículos de primera necesidad) y mi barrio era un hervidero de gente para arriba y para abajo comprando. No noté que había huelga PARA NADA. Así que Jesús, lo único que has hecho es plasmar en una foto la realidad del día. Yo no me hice una foto comprando unas zapatillas de estar por casa porque no caí, pero hice exactamente lo mismo que tú.
    Lo que sí creo que verdaderamente es para rasgarse las vestiduras es que haya gente "obligada" a hacer huelga, por coacciones, por miedo, por no señalarse como dije antes. Sí veo lamentable que en esta sociedad, donde casi se permite todo, no se permita en determinadas situaciones a ejercer el mayor de los derechos: el derecho a la libertad.
    Recordemos señores, que el derecho a la huelga es eso: un derecho, y no una obligación.

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